El Último Mono

El Último Mono es un grupo de indie rock formado en Barcelona por Sergio Ruiz (Vocalista y guitarra rítmica), David Hernández (Bajo), Christian Bernaus (Batería) y Jordi Morales (Guitarra solista).  Nace en 2016 como un proyecto musical, que lentamente se convierte en una buena oportunidad de dar voz a cuatro amigos que deciden volver a coger sus instrumentos, diez años después de sus primeros ensayos.

Tras dar sus primeros pasos en concursos como el Enterprise 2016 (finalistas), el Concurs de música de Badalona 2016 (finalistas) y disfrutar de su paso por diferentes salas y eventos (FNAC, Razz3, La Bàscula, FM Sant Adrià del besos, etc.) la banda se embarca en la grabación de su primer EP autoeditado "Cosas que todo el mundo sabía menos yo" (2018), el cual han presentado por diferentes ciudades del país tras unirse al sello independiente Polar Records en 2019. 

Un año más tarde, el grupo consolida su sonido en su nuevo trabajo: "Préndelo otra vez", que se publicará el 21 de febrero con Polar Records. Producido por Edgar Beltri (Los Tiki Phantoms, Manuela Vellés, Lidia Guevara, Ginestà, Kelly Kapowsky...). Grabado y masterizado en La Atlántida Estudio (Barcelona) por Mario Patiño (La Pegatina, Bongo Botrako, Blaze Out, Ocellot...). 

"Préndelo otra vez" es sismo, funeral, fuego y resurrección. Es un disco de indie rock con melodías potentes que se apoyan en un “wall of sound” cargado de efectos que te sumerge de lleno en sus canciones.  Sus letras exploran temas y cuestiones que se plantean tras sentir el peso de la ineludible cotidianidad, del que se plantea si ha elegido el camino correcto.

HADO

"DEJARÉ QUE ME MUERDAN LAS IGUANAS, YA NO HAY SUEÑO SIGO EN VILO"

Un riff de guitarras psicodélicas acompañado de timbales rompe el silencio y empieza la función. Inspirada en un poema de Federico García Lorca "Ciudad sin sueño". "Hado" abre el disco presentando a un personaje que se deja llevar a la deriva por la corriente. Al final del camino, los efectos de la música van in crescendo hasta desdibujar casi por completo la señal, así como la esencia del que se lamenta por no haber luchado contra la corriente.

NADIE VA A SALVARNOS

"SIENTO QUE EL SUELO SE ALEJA. TUS OJOS SUPLICAN PIEDAD, LLEGAREMOS ILESOS"

"Nadie va a salvarnos" es como un cohete que despega con un gran estruendo. Es una de las canciones más rápidas y contundentes del disco. Habla sobre arriesgar y dejarse llevar, pero hacía la dirección que uno quiere, sin miedo a lo que pueda ocurrir. "Nadie va a salvarnos" es el abrazo con la incertidumbre que a veces no nos damos por miedo al fracaso. Tiene influencias de grupos como Dinero que se palpan en la energía que desprende la canción.

MOSCAS EN LA SOPA

"PINTA EN MIS PAREDES VIDAS NUEVAS Y QUIMERAS"

"Moscas en la sopa" es un alto en el camino de aparente tranquilidad entre las dos canciones más movidas del disco. Inspirada en una cita de William Blake, habla de explorar realidades más atractivas abriendo las puertas de la percepción. Es una canción en la que se experimenta por primera vez con efectos como el delay inverso y bebe de influencias como los Artic Monkeys.

LA HORA DEL LOBO

"DÉJALOS SALIR QUE NO DOY PARA TANTO. DÉJALOS SALIR QUE ESTOY AGONIZANDO"

"La hora del lobo" se imaginó como una road movie, dinámica y con chispa donde los instrumentos caminan a ritmo rápido y acompasado. La banda sonora de esta historia es como un globo que se va inflando hasta que explota a cámara lenta. Habla de la sensación de no poder manejar todo lo que está ocurriendo y de la necesidad de liberarse de la presión que esto genera. La música bebe de influencias como The Strokes en el riff principal o Ángel Stanich en su desenlace.

URÓBOROS

"PRÉNDELO OTRA VEZ, NO HAY QUE ASUMIRLO"

"Uróboros" es el primer single de "Préndelo otra vez" y sus últimas estrofas dan nombre al título de este álbum. Fue la primera letra del disco que se escribió, pero la última a la cual se le puso música. Es una canción sobre el destino y el eterno retorno. Habla de intentar salirse de los lindes de un camino que nos lleva irremediablemente al borde del precipicio. Habla de luchar contra nuestros miedos, muchas veces autoimpuestos y hacerlos arder.